finde, Hoy: el diario de Adán y Eva, recomendación, teatro

Sin vosotros… el espejo se hace opaco

¿Qué tal todo? ¿Cómo ha ido la semana?

Nuestra semana sin Antonio y enfocada al carnaval infantil, que cada día había algo diferente: el lunes la cara pintada de animal (me quedaron tres tigres muy monos) el martes la ropa del revés, el miércoles la ropa del mismo color y el jueves disfraces: los de 4 años de chino y los de 3 de tribu africana. He de decir que no se nos ha dado nada mal. Y he contado con la bendita ayuda de mi madre.

Por lo demás, semana más bien anodina, pero que ha pasado rápida. A destacar: la visita a mi abuela de ayer.

Lejos queda ya el cumple de Diego y el de mi sobrino Miguel. ¿Lejos? ¡si sólo hace una semana! Sí. Pero parece que ha pasado más tiempo. ¿Que cómo fue todo? Pues yo creo que muy bien: niños felices, Diego de protagonista total y los orgullosos padres felices también y con amigos, así que todo salió estupendamente bien. Con piñata y todo.

¿Y este finde? pues no tenemos plan. Bueno, miento; porque hace un rato me llamaron para proponerme ir a un museo con los peques y a lo mejor me animo. De momento, que vuelva Antoñito, que ya le echamos de menos.

Y muchas, muchas cosas por hacer. Algunas más serias y otras menos; y todas dan pereza: solicitudes, vacaciones de Semana Santa, mi autorregalo de cumpleaños (jeje), etc. Es cuestión de hacer una lista e ir tachando, pero al final del día estamos tan cansados que no apetece, la verdad. 

No. No se me escapa que mañana es 14 de febrero. San Valentín. Y aunque ya sabes que no somos de celebrarlo, hoy te voy a recomendar una obra tierna hasta decir basta que sacó mis lágrimas y que me pareció preciosa en su sencillez. No sé si quedan entradas o si tienes la oportunidad de acercarte; pero si puedes te recomiendo que veas «Hoy: el diario de Adán y Eva». Con la radio de fondo en dos épocas diferentes, abarca un tema universal: el amor. No, ¡qué narices!: el AMOR. Amor: «palabra inventada por Eva para explicar lo inexplicable». Cuando la vi, provocó en mí una sensación de ternura increíble. De paz, tal vez. Precioso texto al que aún hoy sigo dando vueltas hasta el punto que estoy pensando ponerme en contacto con la productora para ver dónde puedo conseguirlo. Me gustaría leerlo. Me encanta leer teatro y creo que el texto merece ser releído. Reconozco que me metí en la obra. No sé si tal vez demasiado (¿existe «demasiado» cuando vives tanto una obra de teatro?). Hacia la mitad ya Guillén Cuervo me emocionó, pero al final exploté en lágrimas.

Por cierto: la obra la llevan unos perfectos e impecables Ana Milán y Fernando Guillén Cuervo. ¿Alguien da más?

Os dejo mi programa, todo arrugado, pequeño tesoro.

Feliz fin de semana

EDDAYE

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