Diego, Martín, Pensamientos, Ratoncito Pérez

Martín, Diego y el ratoncito Pérez

Esta mañana hemos amanecido como todos los días: yo primero, después Bruno, Antonio, Diego y Martín.

Las mañanas son agitadas. Prisas. Vístete, la cama, etc. Poco tiempo para pensar. ¡Pim, pam! Todo ha de seguir un horario para poder llegar a tiempo al trabajo.

«Ven a ver a Diego» me ha dicho Martín. Cuando he ido a la habitación de Diego éste estaba triste y sin decir palabra me ha señalado la almohada.

¡Ostras! ¡Se me había olvidado el diente de Diego! Anoche me quedé frita y no me acordé del Ratoncito Pérez. Antonio tampoco.

En cuestión de segundos nos hemos inventado un par de excusas asegurándole que esta noche vendría.

Martín al segundo apareció con 20 céntimos de su dinero y se lo puso debajo de la almohada junto con alguna chuche para que no se sintiera mal.

Y mientras hacía esto a mí se me caía la baba y pensaba que el que primero había pillado -sin saberlo- la verdad del Ratoncito Pérez era Martín.

Y Antonio al verlo me ha dicho:»No debemos de estar haciéndolo tan mal».

Lo sé, lo sé… somos un desastre.

Feliz fin de semana

 

Antonio, Diego, Pensamientos

Lo siento, papá

Hace una semana visitamos a una antigua amiga que aparece y desaparece de nuestras vidas. A veces lo necesita. Con motivo de su cumpleaños fuimos a su casa y coincidimos con su padre, algunos amigos suyos y conocimos a su bebé.

Diego, cuando nos hubimos marchado, buscó información que desconocía: ¿quién es Jesús? (el padre de Belén, nuestra amiga) y Antonio le contó que Jesús era el padre de un amigo suyo de cuando era pequeño. Ese amigo también se llamaba Jesús y falleció hace ya bastantes años.

Diego procesó la información y pasado un rato corrió hacia Antonio, le dio un abrazo y le dijo:»Lo siento, papá».

Ya de vuelta. Feliz finde