Me chiva google fotos que hace un año estuvimos en un sitio increíblemente bonito. Nos invitó mi cuñada Rocío (&co.: Bruno y las dos hijas de ambos) a pasar un fin de semana en la casa que tiene su familia en Piedrafita de Babia. Con un año de retraso escribo este post. ¿Y por qué? Pues porque ahora es una buena época para conocer esa zona. ¿Quieres saber más? Come on in!
Estuvimos en Babia, sí. Por si no conoces el dicho reza la wikipedia lo siguiente:
El dicho en español «estar en Babia» hace alusión a esta comarca. Los reyes de León poseían un palacio en esta zona donde pasaban largas temporadas, sobre todo en la época estival. Sus súbditos justificaban la ausencia de sus monarcas diciendo que estaban en su residencia veraniega. El entorno babiano supuestamente producía un efecto relajante en los reyes que se aislaban allí de sus problemas y preocupaciones, del mismo modo cuando no querían recibir a alguien en audiencia decían que «estaban en Babia».
Nos alojamos en la magnífica casa que tiene la familia de Rocío. Casa de pueblo grande con un estupendo patio. Me resultó muy acogedora. Cuando llegamos, nada más entrar en la cocina, me encontré con esta maravilla:

Día 1: El primer día lo dedicamos a llegar (4 horas de viaje) instalarnos, admirar la casa, dar un paseo por Piedrafita y poco más.
Día 2: Hicimos un paseo en coche y sólo el paisaje merecía la pena. Llegamos a Pola de Somiedo. Un pueblecito muy agradable donde dimos un paseo y los peques y sus primas corretearon y jugaron en un parque. Me llamó la atención que en los bares meten las cajas de sidra en el río para tomarla bien fresquita.
Volvimos a coger el coche para ir a comer a un sitio más que recomendable en Veigas. Aquí lo recomendable son las fabes, el pote y el chuletón. Y los postres también están muy buenos.
El camino hasta allí es precioso:
Después de comer y antes de volver a casa, paramos en un mirador para ver Peña Ubiña (aunque la niebla casi no nos deja). Una vez respirado hondo volvimos al coche y nos marchamos a casa para terminar el día.
Día 3: Amaneció un día soleado y decidimos hacer un paseo por el monte. Hicimos una ruta por la laguna del lago de Babia. Según nos acercábamos oíamos infinitas ranas croar. Lo peques se lo pasaron en grande caminando y viendo bichos. De hecho, Rocío que es una valiente, atrapó una rana para felicidad de los pequeños.
El paseo es más que recomendable y es muy fácil hacerlo con los chiquitines. Terminamos en un mirador pero todo, absolutamente todo, merece la pena durante el paseo.
Por la tarde, después de comer, decidimos visitar el Palacio de Quiñones en Riolago. Tiene un Museo que es un Centro de Interpretación de la zona de Babia y es muy interesante para ir con peques porque pueden tocar, ver una presentación, etc. Fuera de él hay un claustro con una cafetería donde tomamos un piscolabis antes de marcharnos y en la antigua capilla hay tablillas con sonidos de la zona. Por cierto que muy cerca del Palacio hay una panadería donde venden unos bollos de rechupete.
¿Nos fuimos a casa después de visitar el Palacio?
NO. Fuimos a tomar una sidra a La Cueta. Allí estuvimos en un bar al lado del río donde los peques corretearon y tomaron un refresco y un helado. Es un pueblo pequeño, de paso para senderistas.
Y ahora sí. Cuando el sol se escondió empezó a hacer fresquete y nos recogimos a casa.
Día 4: El día 4 recogimos la casa. Básicamente. Disfrutamos de un desayuno en el patio, al sol. Los peques jugaban mientras metíamos las maletas en el coche. Comimos en el Hostal García de Villasecino. No recuerdo bien qué comimos, pero sí que la sensación fue, como la de todo el fin de semana, más que agradable.
Después de comer, despedida y regreso con esa sensación de haber desconectado como si hubiéramos estado más tiempo.
Como te dije al principio, ahora es una época genial para ir. Una escapada de fin de semana. Me encantó desde que empezamos a ver el color verde en el paisaje hasta el final. Fue un fin de semana fácil. Tranquilo. Agradable. Feliz.
Quiero agradecer a Rocío los apuntes para poder haber hecho este post. Como decía Terenci:»Gracias por las comas».
Feliz fin de semana
Que bonito se ve el viaje 🙂 espero que haya sido genial! los recuerdos en cualquiera de su forma son siempre un regalo para nuestros futuros yo haha
Muchísimas gracias por tu comentario. Siento responder tan tarde pero acabo de verlo. No entraba en el blog últimamente y el mail no me avisó
Tienes razón. Los recuerdos son siempre un regalo
Unos paisajes preciosos y la cocina me encanta, no sé si para cocinar será muy práctica pero bonita sí que es. Besos
gracias por tu comentario. Lo creas o no, acabo de leerlo. Tenía el blog castigado. Siento responder tan tarde