De regreso a casa, después de haber estado dando un paseo por el parque Juan Carlos I, Diego, Martín y Bruno iban buscando la luna que cambiaba de posición dependiendo de la posición del coche.
Diego dijo que cuando fuera mayor iba a coger la luna. Yo le pregunté si lo iba a hacer como Gru. Después cambié el tono para decirle en serio:»Algún día la alcanzarás». Y acaricié la mejilla de Antonio que, conduciendo, se había perdido la conversación.