Pensamientos

Vengo de dar un paseo

Pues sí, me he calzado las zapatillas. Las mallas (que desde hace un año son casi mi uniforme) y, aprovechando que Martín y Bruno estaban con Antonio en el parque y Diego jugando con los amigos también en el parque. Me he ido a caminar

Me he puesto también los cascos. Unos cascos maravillosos que hacen que no oigas nada de fuera. Así que me han acompañado a la ida Primal Scream y a la vuelta Phoebe Bridgers y Fiona Apple

Y he visto…

He visto una niña muy pequeña montando en un monopatín

gente girándose al ver a un chico con el pelo fosforito

dos chicos con el mismo collar unidos por una cadena (y he pensado al verlos que ojalá no les pase nada)

una pareja de ancianos caminando despacito de la mano

una señora con su andador y una mujer a su lado

paneles solares y un huerto urbano

la ermita donde me casé

la urbanización donde vivieron Natalia y Javier (y he pensado que yo he estado en la piscina de esa ‘urba’)

dos policías montando en bici que le han dicho a un ciclista con un gesto de la mano que vaya más despacio

una chica con una camiseta de Oceana (me gusta su cuenta de twitter y por eso la he reconocido)

niños con rabietas, niños sin rabietas, familias, amigos.

he visto patos

he visto el río y un lago

unos árboles que reflejaban la puesta de sol

también unas terrazas rojas con esa luz tan especial

y he pensado en la palabra ‘ocaso’ pero me resulta triste y el momento no lo era

he vuelto. O eso creo

Casa de campo. Domingo 4 de abril de 2021
Cine, Matrimonio de conveniencia, Pensamientos

Dr. Esquerdo, 138

Todas las mañanas cuando voy a la oficina hago -casi siempre- la misma ruta. Y lo cierto es que hay cosas que me gustan: el edificio de la EMT, por ejemplo, es muy chulo de madrugada, cuando aún no hay luz de día, porque se ven las siluetas de la gente tomando café.
Desde Méndez Álvaro a Conde de Casal paso por encima de la Avda. Ciudad de Barcelona. A veces, cuando hay más atasco de lo habitual me paro en lo alto del puente y veo algo parecido a esto:

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El caso es que poco antes de llegar a la glorieta de Conde de Casal suelo parar en un semáforo a la altura de Doctor Esquerdo, 138. Miro a mi izquierda y hay un edificio de oficinas desperezándose. Unas ventanas que llaman mi atención. En ellas hay unas letras gigantes donde se lee Montibello y no puedo evitar acordarme de una peli que no es buena y sospecho que habrá envejecido mal con el tiempo, pero a veces las pelis no buenas hacen que recuerdes ciertos detalles: me estoy refiriendo a «Matrimonio de Conveniencia» con Gerard Depardieu y Andie MacDowell. ¿Y por qué me acuerdo de esta película? Pues porque -ATENCIÓN SPOILER- hacia el final, él falla en el nombre de la crema de ella: Monticello. Siempre se equivocaba en Monticello.

Recuerdo las críticas de Miguel Ángel cuando veíamos esta peli: «un francés nunca haría esto para trabajar en Estados Unidos» -decía. Y no puedo evitar pensar que igual han cambiado mucho los tiempos últimamente… o igual no. No sé.

¿Y una estadounidense se casaría únicamente para conseguir un piso de alquiler? Va a resultar que la película es más actual de lo que era en su tiempo (es broma)

Sí recuerdo una escena que especialmente me chirriaba: ellos dos corriendo por Central Park mientras sonaba Enya.

Este finde parece que por fin llega el frío. ¿Quién sabe? Igual pillas la peli por ahí y te apetece reverla… o tal vez no.

feliz fin de semana

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