Hoy es el tercer cumpleaños de Diego; más conocido en las redes sociales como Mofle.
Iba a escribir un post hablando de lo feliz que nos hace. Lo que nos completa y lo que nos ha enseñado esta personita. El bebé quedó atrás.
Iba a escribir todo eso y más.
Anoche recibimos una llamada en la que nos comunicaban que el primo de unos sobrinos de Antonio se ha quitado la vida con tan solo 18 añitos.
No paro desde anoche de darle vueltas a la cabeza -también estoy en estado de shock, si la familia directa me lo permite- y me pregunto cómo, con una vida por estrenar, decides quitarte de en medio.
Los niños requieren tu atención. Te reclaman. Quieren que les dediques un tiempo. Para bien o para mal; aunque la cosa termine en lágrimas, necesitan sentir que estás ahí. Me pregunto qué toques de atención dio este muchacho. No hay buenos ni malos. Imagino que, como en casi todo, falló la comunicación.
Hoy siento la necesidad de abrazar y estrujar a Diego, Martín y Bruno. Espero que al fin le resulte un día feliz… porque la vida sigue.