Esta mañana le he dado un golpe al coche al que cariñosamente llamo GLaDiolín. Nada grave, un roce en el garaje. Mi mente viajó en el tiempo poco después.
El primer roce que le hice al coche (ya lleva unos cuantos, qué le vamos a hacer) fue en el garaje de la oficina. Nervios tras desvelarse la sorpresa de que lo que esperábamos era un niño. Diego.
Me encariño de las cosas. Qué le vamos a hacer. Del coche y de aquel primer roce.
Nota: En las imágenes figuran los dos pasajeros de lujo que siempre me acompañan: Popa (llamada así por las viñetas de Ramón Hipo, Popo, Pota y Tamo) y Bulbasur (que ya iba en mi antiguo Fiesta y al que llevé al concesionario el día que nos dieron a GLaDiolín)