Llevo mucho sin pasarme por aquí, lo sé. Las fechas y las agendas se llenan -por no hablar de los viajes de Antonio, que han hecho mi logística más complicada- y me ha sido imposible hacer acto de presencia. ¿Cosas para contarte? Ven y verás
¿Recuerdas cuando te conté que me había presentado a unas oposiciones? Pues hace un par de semanas recibí una llamada indicando que tendría al día siguiente un llamamiento público para poder realizar un interinaje. Fue un día complicado: preguntar en el trabajo los pasos a seguir para bien una excedencia, bien un mes de vacaciones sin sueldo. Hablar con una amiga que lleva muchos años siendo interina y que me contara cómo es ese día del llamamiento, hablar con Antonio (que estaba de viaje), con mi jefe, con algún compi… hasta que al final te das cuenta de que no va a poder ser: en la oficina no sólo no me aseguraban mi puesto -contaba con ello- sino que tampoco me aseguraban mi regreso -y con eso no podía jugar-. ¿Mi decisión? no hacerlo. Ni siquiera en el hipotético caso de que se tratara de un mes de sustitución. En el hipotético caso de que se ampliara la sustitución quedaría mal con la administración y mal con mi empresa. Así que decidí no ir. No importa. Estaba contenta. Estoy contenta. Sé que tengo esa opción y que puedo presentarme al examen.
Estos días también he terminado un curso y he tenido cenas navideñas. Cenas, cenas, cenas.
Poco a poco nos hemos adentrado en el mes de diciembre. En la cercanía a las Navidades. En la compra de regalos. En la decoración, las luces, los nervios. Los peques ya han dejado de decir que se lo van a pedir todo. Hemos dejado de ver juguetes. Todo eso da lugar a una especie de nerviosismo a la espera de que por fin lleguen los días señalados. En breve los cinco tendremos vacaciones y la verdad es que me apetece. De momento me siguen gustando estas fechas. Compras de entradas, visitas planeadas, escapadas planeadas también. ¿Y uno de los mejores planes para los peques? Ir con mi padre a pasar el día. Me gusta.
De los peques te diré que el otro día perdí una discusión con Diego sobre la marca de zapatillas que usa Ronaldo; que Bruno ha empezado a besarme: unos besos suaves y requetedulces y que Martín el otro día en el parque me dijo que se iba a jugar con sus amigos. Algo que hacen Diego y Bruno con la naturalidad que le corresponde y que, en el caso de Martín, me da un buen rollo increíble!
Te dejo por hoy. Es la una y media de la mañana.
Te dejo con una canción cuyo título habla de estos días. Además ya sabes que Los Planetas son mi debilidad. Feliz semana y feliz finde (lo que queda de él)
En los dólmenes más grandes
que existen y que están cerca de aquí,
hay presencias misteriosas,
habitantes de otro tiempo,
que esperan para dirigirse a ti,
revelarte los secretos.
Por la noche hay una fiesta
privada en el jardín,
han venido los monjes Shaolin
con la pócima sagrada
que te hace sonreír.
Si te vienes es donde quiero ir.
En las copas y en las mesas
refrescos bendecidos por Alá
y manjares deliciosos.
Los espíritus del bosque
que van a descubrirte la verdad,
lo que estabas esperando.
Además de todo esto,
te puedes encontrar
a valkirias que van a disfrutar,
en los brazos del primero
que se atreva a cruzar
los umbrales de esta nueva realidad.
A la hora de la siesta,
un coro de sirenas cantará
con sitares y trompetas
las canciones más bonitas
que nadie haya podido escuchar
en los últimos milenios.
Y después cuando anochezca,
si esperas al final,
voy a darte un beso de verdad,
donde acaba el arco iris
y empieza lo demás.
Si te vienes es donde quiero estar.
Donde empieza el infinito y acaba la espiral,
si te vienes es donde quiero estar.