Bienvenido octubre,
no quiero que se me olviden dos anécdotas de esta semana. La primera me pasó una noche hablando con Diego en su cama. Normalmente después de leer el cuento solemos hablar. Me contó que había estado jugando con la pelota y que alguien se la tiró y le dio en el pecho. «Aquí está el corazón» me dijo señalándose con la mano la parte izquierda del pecho. «Me han partido el corazón» dijo después. Sigue leyendo «Deberíais estar bailando»