Pues me jode

El fin de semana pasado, cuando andaba yo liada en la cocina, llegó Diego diciendo que lo sentía y que no lo iba a hacer más. A lo «Juancar». ¿Que qué había hecho? Pues morder un Playmobil (de ahora en adelante lo llamaré click) y cargarse un diente. El diente empezó a moverse antes de lo que le correspondía -o eso creo- así que va a estar mellado una temporada.

El martes, cuando fui a recoger a los peques al cole, Diego vino todo orgulloso con su diente caído. ¿Y el diente? Ni rastro de él. Perdido en el cole. «Pero lo necesito para dejárselo al ratoncito Pérez. Ya pensaré en algo. Le dejaré una nota». A la mañana siguiente comprobamos felices que la nota le había servido al ratón, y ahí estaba su regalo. Para mi sorpresa, los conocía y le hizo mucha ilusión.

Al margen de esto, he de confesar que me fastidió no tener el diente. No me malinterpretes, no iba a hacer nada con él. Pero me habría gustado verlo. Como un pequeño tesoro. Aunque accidental, es el primer diente que se le cae. Ahora ya lo veo anecdótico y aunque me digo a mí misma que no debería joderme, no puedo evitarlo. Me jode y punto.

Este fin de semana estrenan la tercera parte de Los Juegos del Hambre: Sinsajo. La tercera parte, como viene siendo costumbre en los cierres de sagas -Harry Potter, Crepúsculo, …-, la han dividido en dos partes.

Mi recomendación, al hilo del estreno y por si no la has visto, es la primera parte: Los Juegos del Hambre. La peli está basada en una trilogía escrita por Suzanne Collins: Los Juegos del Hambre, En Llamas y Sinsajo.

Es lo que llamo «peli de palomitas»: muy entretenida; de las que apetece ver de vez en cuando. Quién sabe. Puede que te animes y veas también la segunda parte.

este finde también es Biocultura. Me gusta mucho esa feria. Me gustaba más antes, cuando eran muy poquitos stands. Y aunque hay cosas que no comparto, hay otras tantas que me parecen interesantes, curiosas, … siempre te puede aportar algo. Todavía tengo una sudadera de cáñamo de la primera vez que fui a esta feria. Y uno de los recuerdos que guardo de la feria del año 2010 fue estar en un atasco intentando salir de la Casa de Campo con Diego en el coche. Empezar éste a ponerse nervioso y entretenerle encendiendo la luz. Le decíamos que soplara y la apagábamos. Así nos pasamos el atasco. Diego aprendió a soplar ahí.

En fin, puede que nos acerquemos.

Feliz fin de semana